Antioquia se parece a un bullerengue

30 Nov 2021
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2021
Urabá
Urabá

El bullerengue es un baile cantao de pregones y respuestas, una herencia africana que encontró en el Caribe colombiano su refugio; una danza que oscila entre la sensualidad y la fertilidad cuyo ritmo percutido a base de tambores representa una historia ancestral de comunidades que han vivido todos los vejámenes de un país en guerra. El bullerengue cuenta historias de enormes brechas sociales de un territorio con una abundancia inconmensurable que quiere pertenecerle a muchos y a nadie. Su inspiración proviene del mar y del río, del repique del tambor, de la pesca, y de la vida misma de quienes lo cantan, una poética oral rica en significados, sueños y anhelos de paz.

El folclor ha acompañado los distintos procesos socioculturales que se han dado en el país, especialmente aquellos de comunidades marginadas, desplazadas e invisibilizadas. Así, las expresiones culturales se han convertido en herramientas de resistencia y medios para conservar la memoria, las tradiciones y las costumbres.

El bullerengue nació en el departamento de Bolívar y su llegada a Urabá fue tardía y paulatina. En el siglo XVIII, comunidades enteras provenientes de Cartagena huyeron por la ruta comercial del Río Atrato hasta llegar a este territorio paradisíaco cuyas riquezas han atraído grandes ambiciones y cruentas guerras. Este ritmo cadencioso fue adquiriendo el estilo propio de esta región cuyos relatos e historias se fueron tejiendo en medio de cantos, música y baile.

El Urabá antioqueño es hoy considerado por muchos como el epicentro de la mayor actividad bullerenguera en el país convirtiéndose en un importante instrumento político de transformación sociocultural. Se le llamó bullerengue por la bulla que hacían las comunidades afrodescendientes cuando se reunían a bailar, porque en la música y la danza tramitaban el dolor y la muerte, al tiempo que tejían su memoria histórica.

Hace poco regresé de un viaje por el Urabá antioqueño y llegué pensando que el bullerengue se parece mucho a este país y esta región. Es una mezcla de razas y culturas lo que lo enriquece, lo africano de sus tambores, lo europeo de sus vestuarios y lo indígena de sus semillas, y en los cantos y los bailes donde todo se mezcla. Se parecen en los contrastes de sus relatos donde se entrelazan las alegrías y las tristezas, los anhelos y las luchas.

Las voces desgarradas típicas de los y las cantadoras reflejan esa búsqueda incesante de un mejor porvenir, y ese bullerengue, esa bulla de los negros, como lo mencionan sus protagonistas ha permitido que las historias puedan pasar de generación en generación y que muchos hoy ya no recuerden ni cómo fue que lo aprendieron porque creció con ellos, por eso, al preguntarles de dónde viene el bullerengue ellos responden que no se sabe, quizá es probable que siempre haya estado ahí, fue solo encontrarlo.

Crónica escrita por: Lina Botero Villa, directora Promotora Cultural.

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