Los retos de la educación a nivel mundial han cambiado. Además de la virtualidad que todavía continúa en la mayoría de las instituciones educativas del mundo, diferentes necesidades se han hecho presentes en diferentes territorios. Colombia, y particularmente Antioquia, también ha sentido los cambios. Proantioquia, en su interés por acompañar a los docentes y estudiantes en sus respectivos ejercicios académicos, ha participado en diferentes espacios que permiten hacer lecturas más amplias sobre los retos de la educación para el 2021.
El detonante de estos retos ha sido el cierre temporal de las escuelas. Si bien este cierre se dio al inicio de la pandemia en marzo de 2020, un año después miles de estudiantes y profesores continúan con sus procesos de formación a distancia, lo que genera una serie de alertas en cuanto a varios asuntos que superan lo académico.
La seguridad alimentaria, por ejemplo, se ha visto afectada dado que un gran número de escuelas alojaban los programas que permitían la distribución de complementos alimenticios. A mediados de 2020, la cobertura había disminuido en carca del 20% de los más de cuatro millones de estudiantes que atendía. Preocupa también el aumento de casos de reclutamiento forzado de menores, pues entre marzo y septiembre de 2020, la Defensoría del Pueblo conoció 83 casos, un 80% de ellos ocurridos en las zonas rurales.
Otro de los temas que preocupan es la atención psicosocial de los niños y niñas y las rutas de prevención del abuso. Cerca del 50% de las 450 denuncias que se reportaban en Colombia antes de la pandemia por acoso infantil eran realizadas por los directivos y docentes. Con el cierre de las escuelas aumenta el riesgo para esta población y no se puede hacer un seguimiento constante debido a limitaciones logísticas en zonas rurales.
No podemos dejar de lado uno de los primeros aspectos que más resaltó al inicio de la pandemia y que no es nuevo en el país: las brechas en acceso a información y metodologías de aprendizaje a través de medios digitales. Si bien fundaciones como Proantioquia hacemos importante esfuerzos por llevar a las regiones materiales pedagógicos con apoyo de organizaciones internacionales como USAID, esta carencia es estructural y requiere decisiones de Estado en los territorios. La falta de acceso a internet o a equipos tecnológicos básicos ha limitado la virtualidad. En Colombia, por ejemplo, 63% de los estudiantes no tienen acceso a internet ni a computador en su hogar.
Sumado a lo anterior, la deserción escolar, el bajo acceso a la infraestructura cultura y deportiva y las limitaciones en la formación ciudadana impartida en las escuelas terminan de conformar un cuadro de retos que tenemos en las regiones para el año 2021. Un año después del inicio de la pandemia es claro que el COVID 19 se encargó de evidenciar ausencias sociales que durante décadas habitaron las grandes ciudades y se incrustaron con mayor fuerza en las zonas rurales del país. Será un año para la toma de decisiones basada en los aprendizajes que dejó el 2020 y visualizar caminos que potencien la educación para reabrir las escuelas y recuperar el tiempo perdido, no solo a causa de la pandemia sino el que históricamente le ha hecho falta a la transformación de la educación en el país.
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