Nuestros jóvenes son valientes: navegan en aguas movidas e inciertas; el exceso de información los bombardea; se enfrentan a carencias, enfermedades de salud mental, y por fortuna conservan vivo el deseo de encontrar un camino y explorar nuevas posibilidades.
En una sociedad en la que envejecemos a alta velocidad, que padecimos el reto del encierro en una pandemia, que nos enfrentamos al algoritmo y a los clics digitales; la idea de lo que somos como individuos y colectivo es en ocasiones muy confusa.
Con elecciones regionales a la vuelta de la esquina los jóvenes están llamados a la acción y participación. De las 39 millones de personas habilitadas para votar en el país - presidenciales de 2022- cerca de 9 millones de colombianos estaban entre 18 y 28 años.
De esa cifra fueron a las urnas alrededor de 4 millones de jóvenes. Falta camino, pero los números van en aumento, su voto es decisivo y es agua fresca que oxigena a la democracia. Sus decisiones conllevan responsabilidades profundas con la sociedad.
El reto está en involucrase con sentido crítico y no confundir a la política como un entretenimiento pasajero de odios y de amores, ni como un acontecer de cada cuatro años. Tampoco es cierto que los jóvenes son solo el futuro, son el presente y lo que hagan en el hoy será decisivo para todos.
La puesta en la escena electoral es cada vez más libreteada y calculada. Esto invita a nuestros jóvenes a transcender el ataque mordaz, el linchamiento o el apoyo sectario movilizado por el algoritmo o las fake news: pies en tierra para comprender que el dato cierto mata el relato encubierto.
Participar en la esfera de lo político y lo público requiere corazón, razón y acción. Votar es un gran paso para alzar la voz y cuidar la democracia, sin embargo este ejercicio democrático debe también verse acompañado de hechos y voluntad los 365 días del año.
En días recientes Natalí Carvajal, de La Ceja, participante en nuestra escuela de liderazgo joven Emergentes, nos dijo: “Es que la política no se resume en ser candidato o aparecer en tiempo de elecciones. La política la hacemos todos. Es ser líderes desde nuestro actuar diario”.
En esa misma conversación Luis Alben Vélez, cantante de rap y hip hop de Medellín aseguró: “El voto es un llamado a la acción. Si solo vota menos de la mitad de las personas que pueden hacerlo, ¿cómo garantizamos que todos nos sintamos representados?”
Y la representatividad importa.
Queridos jóvenes se trata de incomodar, pero también hacer que las cosas pasen. Confíen en su poder y en su capacidad para incidir en los cambios estructurales. A nosotros, los adultos, nos corresponde mirarlos de frente, sin halos de superioridad y sin creer que su tiempo aún no ha llegado, porque siempre es el momento de los jóvenes.
¡A construir sociedad y a votar!
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